Hugo Rossi Libro LA LLUVIA INVERSA

«El contorno de mujer es una sombra viva. La única con vida de las sombras que habitan la cuasi soledad» Pág. 124 de LA LLUVIA INVERSA

La Lluvia Inversa
Esta obra que nació y se desarrolló con destino de novela, acabó siendo una pintura. Un cuadro vivo que se desangra, sufre y agoniza; que se aferra a la vida con sus últimas fuerzas. Esta pintura posee personajes secundarios y terciarios concretos y fácilmente reconocibles, pero tiene uno principal que es invisible, abstracto y subyacente. Una recurrente soledad sin moralejas, desesperanzada, descreída y en muchos pasajes, resignada.
Los náufragos sobrevivientes que habitan este océano de incertidumbres, alguna vez fueron seres creyentes e idealistas. Hoy deambulan por las calles de una Buenos Aires culturosa y decadente, con la espalda quebrada por el patetismo de la vergüenza y la resignación, con “una tabla de cartón” como único elemento (endeble por cierto) al cual asirse para poder, por lo menos retardar, la inevitable asfixia que se vislumbra en cada pincela.
«Tenemos la vida por delante” dice Julián en la oración final, mientras mueve la pieza de ajedrez que desemboca en el jaque perpetuo de la fe perdida.